En los supermercados y aeropuertos existen carritos o carretillas para cargar el peso que acarrea la comida o las maletas tan pesadas que llevamos para un viaje o en el caso del mercado los alimentos para el hogar.
El objetivo es simplemente hacer liviana nuestra carga. Sin embargo, hay peso que se deben “botar” o deshacerse de ellos y esos son los pesos de que se pueden llevar en la mente o en la conciencia.
Esa pesada carga que consiste en todo aquello que nos impide desarrollar debidamente nuestra vida cristiana. Este peso se presenta en distintas formas, las que con más frecuencia nos pueden llevar a son las siguientes:
El objetivo es simplemente hacer liviana nuestra carga. Sin embargo, hay peso que se deben “botar” o deshacerse de ellos y esos son los pesos de que se pueden llevar en la mente o en la conciencia.
Esa pesada carga que consiste en todo aquello que nos impide desarrollar debidamente nuestra vida cristiana. Este peso se presenta en distintas formas, las que con más frecuencia nos pueden llevar a son las siguientes:
- Baja autoestima.
- Actitud derrotista.
- Sentimiento de rechazo.
- Perfeccionismo.
- Temor al fracaso.
- Desidia.
- Carencia de dominio propio.
- Falta de concentración.
- Actitud negativa.
- Desconfianza.
- Indecisión.
¿Qué deberíamos hacer?
- Admitir que tenemos cargas gravosas en nuestras vidas y pedir al Señor que nos ayude a despojarnos de ellas.
- Esforzarnos por deshacernos de los pecados que constantemente nos causan tropiezos.
- Aceptar honestamente nuestra responsabilidad personal por toda esa carga.
- Decidir definitivamente a confrontarlo, sometiéndonos conscientemente al precepto bíblico que nos exhorta diciendo: “despojémonos de todo el peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12.1).
Hebreos 12.2: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,” Hebreos 12:1 (RVR1960)
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