martes, 26 de mayo de 2015

EL COSTO DE SER DISCIPULO

San Lucas 14:27 (RVR1960) “Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.”

Durante la época cuando Jesús nos enseñaba por medio de parábolas se sabía que cuando los criminales eran llevados por los romanos a su sitio de ejecución, ellos tenían que cargar la cruz donde morirían. Esto demostraba la tiranía romana y prevenía a los demás a que se subyugaran o sufrirían la misma consecuencia. Jesús le hablaba a la multitud para que ellos se dieran de cuenta el costo a que se sometían por su entusiasmo hacia Él. Aquellos que venían superficialmente debían de someterse más profundamente o de arrepentirse ya que el seguir a Cristo significa someterse totalmente a Él, recuerda que muchos pagaron ese costo con sus vidas.

En el próximo versículo Jesús nos dice, Porque ¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabar? (San Lucas 14:28 RVR1960). Que el constructor no estima los gastos asociados con el proyecto antes de comenzar para asegurarse de poder completar el trabajo, entonces piense acerca de los gastos que tener si decides seguir a Cristo para que no abandones luego tu vida Cristiana. ¿Y cuáles son esos gastos? Puedes perder tu estado social, tu riqueza, tal vez tengas que perder el control de tus finanzas, tu tiempo, o tu carrera. Puedes ser despreciado, separado de tu familia, y hasta llegar a la muerte. El seguir a Jesucristo no significa vivir una vida sin problemas. Cuidadosamente considera lo que te pudiera costar el hacerte discípulo de Cristo para que puedas sostener firmemente tu fe y no caer en tentación y regresar luego.

Después Jesús nos dice que la sal puede perder su sabor, muchos cristianos se asimilan al mundo y esquivan el costo de defender a Cristo y Jesús nos dice que si perdemos nuestra distinción como la sal no tendríamos valor. Así como la sal preserva la comida, nosotros debemos preservar lo bueno en el mundo y traer nuevo sabor a la vida. La manera que nosotros podemos cumplir nuestro discipulado es estar dispuesto a sacrificarnos, y dedicarnos a Su Reino. Si un Cristiano deja de mantener su sal, él o ella fracasa en representar a Cristo en el mundo. ¿Estás dispuesto a pagar el precio de ser un discípulo?

ministerio Rayed Redemption
Euless, TX 76039

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