miércoles, 30 de septiembre de 2015

PACIENCIA O ANSIEDAD


Filipenses 4:5-7 (RVR1960)

“5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Todos estamos predispuestos a la ansiedad

La ansiedad se puede manifestar en todos los aspectos de nuestras vidas. Nos preocupamos por todo, nuestras familias, el trabajo, la salud, las finanzas, el futuro nuestro y de nuestros hijos, las noticias en nuestro mundo, en si nos podemos preocupar por todo los 7 días de la semana toda hora.

Como seres humanos podemos llegar a estar completamente llenos de ansiedad, una ansiedad que va a afectar nuestras relaciones con las personas que están en nuestras vidas e inclusivo con nosotros mismos (personalmente). El Apóstol Pablo en Filipenses 4:6 nos dice; "En nada estéis afanosos". ¿Sería posible que en este mensaje encontremos consolación o aplicarla a nuestra situación?

¿Ya que estamos predispuestos a la ansiedad, debemos de vivir como esclavos de la ansiedad? Contundentemente la respuesta es NO. Si ha aceptado y recibido a nuestro Redentor Jesucristo como tu Salvador, ya no estas condenados a vivir una vida llena de ansiedad.

En su contexto el versículo 6 de Filipenses 4 encontramos la maravillosa fórmula maravillosa de cómo ser librados de toda ansiedad.

En Filipenses 4:5-6 Pablo junta la paciencia (“gentileza”) y la ansiedad (“estéis afanosos”), instruyéndonos que con nuestra gentileza dejemos conocer a todo hombre que “El Señor está cerca”

Entonces si sufrimos de ansiedad, ¿cuál es la relación de la paciencia con ella, y porque es importante esa relación?

La Paciencia es una virtud;

Del modo que Pablo utiliza la paciencia en Filipenses 4, significa una virtud que incluye otras virtudes cristianas, como lo son el autocontrol, la gentileza, la moderación, la bondad y la mansedumbre. También incluye el poder ser totalmente razonable, considerado y ser comprensivos en cómo tratamos otras personas con quien tratamos. La paciencia también incluye el ser cariñoso, sumiso, paciente, contenido y humilde. Todas virtudes de la paciencia que verdaderamente tienen un sinónimo y ese es Jesucristo y Su Palabra.

Ese mismo Jesucristo de cual Pablo nos ensena en Filipenses 1, 2 y 3. Paciencia quien es Cristo quien vivió fuera de nosotros, esa es la paciencia de la que Pablo nos ensena en Filipenses 4:5. El dar a conocer nuestra paciencia es dar a conocer a nuestro Señor Jesucristo. En realidad la paciencia es el aumento en cual crecemos en Jesucristo.

Cuando estudiamos los cuatro Evangelios y consideramos como Jesucristo se llevaba con su prójimo en todo situación o ambiente vemos que Jesucristo es el único que era completamente comprensivo y absolutamente razonable, cariñoso, paciente, y si El ahora mora en nosotros para darnos nuestras nuevas vidas, podemos vivimos a Cristo podemos vivir la paciencia magnificando entonces a Jesucristo.

Dios guarda nuestros corazones

En el versículo 7 Pablo entre la paciencia y la ansiedad nos hace llegar estas preciosas palabras: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” significando que el Señor no está lejos de nosotros. Él está cerca, a la derecha en nuestro espíritu y estando tan cerca, Él está disponible y listo para ser nuestra paciencia en cada situación, si queremos simplemente ser uno con Él.

Teniendo al Señor cerca, podemos entonces hablar con Él, en oración y pasando tiempo en Su presencia. Podemos darle al Señor nuestros pensamientos, situaciones y preocupaciones. Cuando estamos en comunión con Él en oración nos alejamos de toda otra situación. Estando en unión con Él, siendo uno con Cristo, siendo libre de ansiedad porque Cristo la vivió por nosotros denostando tolerancia sobre todo hombre. La ansiedad es de Satanás; paciencia es de Dios

No debemos pensar que Dios quiere seamos ansiosos manifestando ansiedad.

La “gentileza” (paciencia) proviene de Dios, y la ansiedad proviene de Satanás. Significando que la gentileza (paciencia) y la ansiedad representan dos entidades diferentes, Dios y Satanás.

Satanás el rey del pecado, es el enemigo de Dios, la fuente de ansiedad y la utiliza para frustrar el cumplimiento del propósito de Dios en nuestras vidas. Si vemos que Satanás es la fuente de la ansiedad, nos damos cuenta que podemos rechazar esa ansiedad en toda situación. Cuando nos llega la preocupación lo primero que debemos hacer es entregarle nuestro corazón al Señor, entregándole nuestro espíritu y en ruego y oración darle gracias, haciéndole nuestras peticiones a Dios sabiendo que la respuesta ya la tenemos tal como nos los hace saber Juan en 1ra Juan 5:14 “…si pedimos alguna cosa conforme a s voluntad, Él nos oye.” Entonces si las circunstancias exteriores al entregárselas a Dios en conversación y adoración, Él nos llena de Sí mismo y nos convierte en personas llenas de paciencia.

Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, y nos acercamos al Señor, permitimos que Cristo convierta toda situación en una llena de paciencia. De esta manera, Cristo se convierte en nuestro amor, nuestra paciencia, nuestra sabiduría, lo que necesitamos, para cumplir con el propósito de Dios en cada circunstancia de nuestras vidas.

Santiago, Hermano carnal de Nuestro Señor Jesucristo nos enseña en su Epístola Capitulo 4:7-10 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y 
Él os exaltará.”

Dios les bendiga

Ministerio Rayed Redemption
Euless, TX 76039
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martes, 22 de septiembre de 2015

¿NECESITAMOS ORACIONES INTERCESORAS?

Hebreos 4:16 (RVR1960)

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”

Pregunta: ¿Necesitamos oraciones intercesoras?

Respuesta: En ninguna parte en la Biblia nos enseña como creyentes en Jesucristo a dirigir nuestras oraciones a alguien que no sea Dios, en ninguna parte se menciona o se nos anima como creyentes a dirigir nuestras oraciones a alguien en el cielo que no sea Dios. El pedirle a alguien que no sea Jesucristo o el Espíritu Santo que interceda por nosotros es claramente anti bíblico. Hebreo 4:16 nos dice que como creyentes aquí en la tierra podemos "acercarnos al trono de gracia con confianza."

1 Timoteo 2:5 dice muy claramente, "porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." No hay más nadie que pueda mediar con Dios para nosotros. La Biblia dice que Jesús es el único mediador, entonces ninguna otra entidad puede hacer llegar nuestras peticiones a Dios. Además, la Biblia nos dice que Jesucristo mismo intercede por nosotros ante el Padre: "por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." (Hebreos 7:25). Con Jesús mismo intercediendo por nosotros, ¿por qué necesitaríamos que alguien más interceda por nosotros? ¿Dios escuchará a alguien más de cerca que a su Hijo? Se nos dice en Romanos 8:26 que “el Espíritu Santo intercede por nosotros.” Así que si los miembros de 2 º y 3 º de la Santísima Trinidad ya están intercediendo por nosotros ante el Padre en el cielo, ¿qué posible nos puede llevar a creer que tenemos que tener ninguna otra entidad intercediendo por nosotros?

Algunos dicen que Pablo les pidió a los Efesios que oraran por él y que esto es correcto, sin embargo si examinamos esta afirmación veremos qué; Primero el apóstol Pablo les pide a otros cristianos que oraran por él en Efesios 6:19. Y muchas escrituras describen los creyentes orando unos por los otros (2 Corintios 1:11; Efesios 1:16; Filipenses 1:19; 2 Timoteo 1:3). Sin embargo en ninguna parte menciona la Biblia a alguien pidiéndole a alguien en el cielo que ore por él. En segundo lugar no se nos da indicación en la Biblia que nadie en el cielo puede escuchar nuestras oraciones. Solo Dios es omnisciente. Aunque algunos son glorificados en el cielo, son seres finitos todavía con limitaciones. ¿Cómo podrían posiblemente escuchar las oraciones de millones de personas? Las referencias de la Biblia que mencionan el orar a o hablar con los muertos, son solo en el contexto de brujería, hechicería, nigromancia y adivinación, todas actividades que son fuertemente condenadas en la Biblia (Levítico 20:27; Deuteronomio 18:10-13). Hay una sola referencia del hablar con un "Santo" esta se encuentra en Samuel, en 1 Samuel 28: 7-19, Samuel no estuvo muy contento de haber sido perturbado. Por lo tanto, está claro que orarle a alguien que no sea Dios en el cielo es completamente diferente de preguntar a alguien aquí en la tierra para orar por nosotros.

Dios contesta oraciones si se piden conforme a su voluntad como nos dice 1ra. Juan 5:14-15 Él no contesta oraciones basado en quien está orando. No hay absolutamente ninguna base o necesidad de orar a alguien que no sea solo Dios. No hay ninguna base para pedir a quienes están en el cielo a que intercedan por nosotros. Sólo Dios escucha nuestras oraciones. Sólo Dios contesta nuestras oraciones. Nadie en el cielo tiene mayor acceso al trono de Dios lo hacemos mediante la oración (Hebreos 4:16).

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viernes, 11 de septiembre de 2015

GUIAR CON INTEGRIDAD


Juan 7:3-4 (RVR1960)

“Y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.”

Al principio la familia de Jesús tenía dificultad en creerle, aunque algunos de sus hermanos como Santiago llegarían a ser líderes de la iglesia. En un momento fueron incluso avergonzados por Él. Ellos sabían que Él podía hacer milagros y fue por eso que intentaron presionarlo en ir a la Fiesta del Tabernáculo y que hiciera una demostración sorprendente cual impulsara a algunos a ponerse en rebelión contra los romanos. Jesús pudo haber seguido su consejo, hacer aquella demonstración y posiblemente incluso lanzar una carrera política, qué mejor lugar que "La Fiesta".

Jesús aunque no era alguien que complaciera a la muchedumbre o un artista, Él sabía cuál era su misión en la tierra, que era redimir a la gente de sus pecados, no para poner hacer espectáculos, agradar a su familia, o ganar fanáticos. Jesús sabía su propósito y mantuvo ese propósito en mente. Jesús no fue persuadido a darle la espalda a su propósito, ni siquiera en aquel un día que le hubiera traído cierta gloria terrestre y fama.

Como líderes de la iglesia debemos seguir el ejemplo de Jesús y no seguir agendas que otros sugieren, necesitamos mantenernos firmes y mantener nuestras metas en foco, nuestras misiones con integridad sabiendo que no podemos dejarnos persuadir a ceder a decisiones que traigan gloria o fuesen agradables a otras personas. Enfocándonos en nuestros objetivos y sirviendo mientras conducimos en liderazgo con integridad talvez no sean el camino más fácil o más popular, sin embargo normalmente resulta así mismo como el camino más sabio a seguir.

Sin importar cual sea nuestro llamado o Ministerio, ya sea limpiando en el fondo, o predicando el más grande de los sermones, somos líderes y consejeros, somos un reflejo de nuestro Señor y Salvador a los demás, especialmente a los no creyentes que toman como referencia nuestras acciones cuales debemos llevar con sabiduría e integridad sin fanfarria ni auto engrandecimiento, manteniendo nuestro servicio y objetivos en mente, compartiendo la palabra, sembrando la semilla y haciéndole saber al prójimo que podrían ser redimieron de sus pecados.


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