Parece injusto que Dios mantenga castigo sobre los hijos o otras generaciones por los pecados de los antecesores.
Si, el castigo del pecado naturalmente sigue a las generaciones, cuando los antecesores llevan una vida pecaminosa es muy posible que los hijos, nietos, bisnietos practiquen el mismo estilo de vida.
Éxodo 20: 5 nos advierte que los hijos eligen repetir los pecados de sus padres, tal como si los padres eran impíos los hijos deciden ser rebeldes. Por lo cual no sería injusto que Dios castigue el pecado hasta la tercera o cuarta generación ya que esos hijos están cometiendo los mismos pecados que sus antepasados.
Aunque no sea bíblico, muchas iglesias hoy culpan todo pecado y cualquier problema que surja en una maldición generacional (herencia generacional) mientras así se nos enseña y paso en el Antiguo Testamento como a la nación de Israel por el pecado de la idolatría.
Los libros de historia del Antiguo Testamento (especialmente los Jueces) contienen el registro de este castigo divino aplicado. La cura para una maldición generacional siempre ha sido el arrepentimiento. Cuando Israel se apartó de los ídolos para servir al Dios vivo, la "maldición" fue quebrantada y Dios los salvó (Jueces 3: 9, 15; 1 Samuel 12: 10-11).
Sí, Dios prometió visitar el pecado de Israel en la tercera y cuarta generación, pero en el siguiente versículo prometió que mostraría "amor a mil [generaciones] de los que me aman y guardan mis mandamientos" (Éxodo 20: 6). ).
!ENTONCES VEMOS QUE LA GRACIA DE DIOS DURA MIL VECES MÁS QUE SU IRA!
Gracias a un Dios compasivo y lleno de gracia para el cristiano que esté preocupado por traer una herencia generacional (maldición, hechizo, atadura), la respuesta es fácil, solo aceptar y recibir la salvación a través de Jesucristo, la Biblia en 2 Corintios 5:17 nos dice muy claramente “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¿Cómo puede un hijo de Dios estar bajo la maldición de Dios? Cuando Romanos 8:1 nos dice Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Entonces la cura para una "maldición generacional" es el arrepentimiento del pecado en cuestión, la fe en Cristo y una vida consagrada al Señor.
